"El Adiós"

Esta mañana desperté y pude comprobar que todo sigue igual al día anterior. Cuando la soledad se ríe de tu fracaso y no sabes como disimular tu fastidio es mejor quedarse en cama, mirar el techo y dejar que todo se nuble. Un remolino mezcla la ausencia y las penas. Tengo que empezar algo que no sé si será el final o el comienzo. La bruma entra por la ventana, mis tímpanos destrozados no cesan, es un martirio eterno y que cada día se hace más insoportable, es como tener el vaivén de las olas del mar revoloteando tu cabeza, día y noche, a todas horas, cada minuto, cada segundo. Es insoportable. Díos mío ¿Por qué me torturas así? A veces no soporto este maldito zumbido y quisiera silenciarlo para siempre, pero no sé como. Es un castigo divino, es mi cruz que debo cargar y no sé bien cual es mi pecado.

Yo sigo mis vagabundeos limeños, sigo yendo al cine, sigo comprando discos de vinilo, sigo estando solo.

Hoy me acordé de ti dulce Marieu, es que siempre por estas fechas tu ausencia se hace inconmensurablemente latente y lacerante. ¿Por qué será? Que hoy me acordé de ti y quise susurrarte al oído: somos un par de locos. A pesar que en tantos años sólo te he ido a buscar una vez y no pude decirte mis verdaderos sentimientos y que todavía pienso en ti y que todavía te amo. Ojala algún día leas estas memorias que son escritas en mi submundo.

Quisiera tenerla aquí a mi lado para contarle que Mañuco se fue y quedó Manuel, que Fiorella está cada vez más hermosa, que yo no sé adonde ir a ver pasar las horas. Quisiera tenerla aquí a mi lado, le contaría que el único que sintió de veras su partida fui yo, que he vuelto a inyectarme de la música de Héctor Lavoe, Rubén Blades e Ismael Rivera; Billy Idol, Nirvana, Radiohead y Lou Reed; de boleros y bossa nova; de Los Prisioneros, Virus; de Roberto Carlos, Nelson Ned; de Jazz y Blues. Le contaría también que por las noches viene esa mujer fantasma a visitarme, que me coge de la mano y me habla muy cerquita, me cuenta historias de niños, como si con eso me fuera a encontrar algún consuelo a su ausencia. La próxima vez le pediré que no vuelva más, que para este enorme vacío no existe esperanza, que mi vida se fue aquella tarde en la que Marieu se alejó de mi.

Quisiera tenerla aquí a mi lado, ahora que me sobra todo el tiempo del reloj para mirar por mi ventana allí donde la muerte descansa, ahora que me sobra el tiempo para visitarla a diario y sentarnos en la puerta de su casa y soñar como cuando éramos adolescentes, quisiera tenerla aquí a mi lado, llevarla al cine, pasear de la mano, prestarle libros y leerle cada capítulo de mi último cuento para no publicarlo jamás. Le contaría que ayer la soñé y que hoy al despertar he vuelto a fracasar, pero que le escribí un poema que hoy leeré al viento de la noche para que le lleve cada palabra mía y le susurre al oído un suave: Te amo.

Te extraño, y aunque nunca te lo dije, aún conservo el pañuelo que un día secó esas lágrimas que por culpa mía…, derramaste entre suspiros de dolor. Te prometería no ser más aquel hombre que ella siempre quiso que sea: menos callado, menos triste, menos solitario. Más esperanzado, más optimista, más acucioso. Querida Marieu quisiera tenerte aquí a mi lado ahora que la soledad ya no la soporto y todo me causa lágrimas saladas. Te extraño. Extraño tu sencillez y tu fuerza para seguir adelante pese a los enormes obstáculos. No he podido encontrar nada ni nadie que se compare a ti. Marieu… si ya no me amas yo inventaría de nuevo el fuego sagrado del amor, el fuego entre tu y yo.

No me importa si han pasado otros hombres en tu vida, no me importa si te has equivocado más de mil veces, no me importa si te han marcado otros besos y caricias, no me importa si dormiste en otros brazos, sólo me importas tú y lo que yo era cuando estaba contigo.


Quisiera tenerla aquí a mi lado, para que me diga después de leer lo que escribo: “¿Cómo es que escribes tantas cursilerías?” para irnos juntos a mirar el mar y sentarnos lejos del mundanal ruido y dejar que los besos y las caricias hablen en una conversación muda.


Quisiera tenerla aquí a mi lado y contarle que trato se superarme día tras día para que te sientas orgullosa de mi. Todo es diferente sin ti Marieu. Cómo te extraño esta tarde fría, volver a hablarte al oído, palabras tiernas, acariciar tu cuerpo y sentir tu tibia piel junto a la mía. Ya nada importa ¿sabes? No me he vuelto a enamorar, ahora este texto cumple doble función, el adiós y la botella lanzada al mar que lleva un mensaje: “Existirás en algún lugar, también llorarás sin razón aparente. También la gente te verá como bicho raro. Vivirás una vida depresiva. Te gustará leer, ir al cine y escuchar música. Y si nos viéramos por la calle. ¿Nos reconoceríamos? Creo en lo que pienso y muero con lo que pienso y la vida se me va con lo que escribo”.

L.A.

2 comentarios:

Beth dijo...

Ayer, cuando L.A. estaba terminando de redactar este texto, tuvo la bondad de solicitarme que fuera publicado en uno de mis blogs. Pero dado que el blog literario "Jugando con las palabras" ya no está vigente, y no queriendo perder la oportunidad de que todos pudierais leerlo, es por lo que lo publiqué en "Siempre".

Gracias L.A.!!

Alicia dijo...

Es una fragmento literario que describe a la perfección los sentimientos de un amor perdido.
Me identifico con él, ha hecho que piense, y hoy en día es difícil de encontrar literatura que lo haga.
es impresionantemente emotiva y te recuerda que te aferres a aquello que amas que en un momento puede desaparecer pero el sentimiento perdura para bien o para mal-
Simplemente impresionante.
gracias.