Recuerdos compartidos

Vas a cumplir un año más Maíta, pero en ti conservas el mismo espíritu alegre, generoso e inteligente de cuando nos conocimos. ¿Te acuerdas?. Yo sí.

Era el día de inicio del nuevo curso escolar. Nos hicieron entrar en las aulas y nos presentaron a las “nuevas”. Erais 4 o 5. Llevabas el cabello cortito y por aquel entonces de color rubio (jajaja “misterios” de la Camomila Intea”), eras la más alta de todas y sonreias, ya fuera por la lógica timidez en aquellos momentos, aunque siempre ha sido una característica tuya.

Pronto nos hicimos buenas amigas, y así fue como nuestras familias también se conocieron. Me acuerdo cómo tu madre nos llevaba de excursión, y sobretodo...jajaja aiiii cuando lo de “Viva la gente” ¿me permites que cuente esta anécdota a nuestros amigos?

Veréis, Maíta y yo supimos en el colegio que este grupo actuaba cierto día en Barcelona. Así que se lo comentamos a su madre y esta recuerdo que nos preguntó:
- ¿Dónde actúan para poder comprar los boletos?.
- En el Palacio.
- En el Palacio de la Música?
Y respondimos las dos al únisono: Si.
¿que otro Palacio podía ser? Aparte de que era el único que conocíamos y porque más de una vez habíamos acudido allí para asistir a conciertos escolares.

Y así fue como tu madre hizo el encargo de que fueran allí a comprar los boletos.

Llega la noche del concierto, a última hora se había añadido a nuestra salida Toño, ¿te acuerdas?. A las puertas del Palacio se habia congregado público de “una cierta edad”, niños bien pocos, la verdad. Pero bueno, nosotros a lo nuestro. Entramos dentro, y nos tuvimos que sentar por separado, pues hubo que comprar una entrada de más a última hora. Tu, Toño y yo en una fila y tu madre un poco más atrás. En eso que sube el telón...y....ohhhh ¿que era eso?, unas bailarinas de ballet clásico salieron a escena...y recuerdo que yo os dije: "Debe ser como una actuación extra" (¡que explicación tan patética!)

Pero los números de ballet se sucedían uno tras otro. Nosotros ya estábamos consternados. Aún y así tuvimos que aguardar hasta la media parte. Al salir al vestíbulo tu madre nos preguntó a ambas:
- ¿Seguro que era aquí donde teníamos que venir?.
- Uppps.
- ¿Queréis quedaros para la segunda parte?

Nooooo, para nada, porque además los bailarines eran bastante pésimos.

Así que tu madre, que era una dama alegre y vital, nos invitó a cenar algo y luego vino lo mejor, a la salida del restaurante vimos un coche de caballos. Y nos dijo "¿Queréis que subamos?" Siiiiiiiiiiii.

Jajaja y allí estábamos las 3 sentadas en el carrito y Toño, tu profesor de repaso de materias, sentado al pescante junto al cochero. Y recuerdo que de tanto en tanto miraba para atrás con el cabello movido por el fuerte viento, diciendo: "Que frioooooo estamos pasando, pero que divertido es todo esto!! "(no hay que olvidar que eso sucedió en invierno y ya eran las “tantas” de la noche.).

Y al día siguiente tu madre nos sorprendió diciendo que el grupo musical ante el éxito obtenido había prorrogado sus actuaciones y ahora si teníamos los boletos correctos....pero para ir al Palacio de los Deportes!!!

¡Cuantos momentos de juventud hemos compartido amiga! Sirva también el relato de esta pequeña anécdota como homenaje a dos seres muy queridos que ya no están entre nosotros “físicamente”: tu mami y Toño.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Maita, muchas felicidades de todo corazón.
Hace poco que nos conocemos, pero estoy segura que podremos felicitarte muchos y muchos años más.
Estoy encantada de haberte conocido
un besazo y un abrazo de oso.

Maita dijo...

A veces en la vida.hay asignaturas que creemos nos quedaron pendientes.
Beth, al nombrar a Toño he recordado que quizá con el hubo lo que podríamos llamar algo por hacer.
La última vea que le ví,fué tomando un refresco en un bar de Mitre,me contó muchas cosas, me hizo muchas confidencias,hablábamos como dos buenos amigos , quedó atrás lo de profesor y alumna.
Estoy convencida a día de hoy, que me pidió algún tipo de ayuda que yo no supe interpretar.
Quedamos en vernos al día siguiente, para contarme más cosas.
"Te llamaré, podemos ir a casa de tu abuela."
"De acuerdo, le dije."
Nunca más volví a verle.
Transcurrido un tiempo, a través de una amiga común supe que había fallecido.
Este es un episodio,que no suelo comentar con nadie. Sólo con Beth que le conoció y al que él la llamaba cariñosamente Taylor.
Le quise mucho, era mi amigo, mi confidente, mi profe.Besos Toño allá dónde estés,buen sitio dónde los haya para un ser como tú.