Pegamento humano

"Aquella enfermera que mientras conecta la sonda añade gotas de ánimo y chorros de sonrisa sin receta. Aquel tendero que mientras pesa la sandía nos pregunta cómo seguimos del reúma y nos recomienda algo que a él le funcionó. Aquel estudiante que se levanta de su asiento en el bus y lo cede a una embarazada. Aquel adolescente que ayuda a cruzar la acera a un anciano que camina con dificultad. Aquella vecina que dice que se puede quedar con nuestros pequeños el día que la escuela, inexplicablemente, hace puente. Aquellos nietos de 20 años comiendo con la abuela, riéndole batallitas y convirtiéndola durante dos horas en centro del universo. Aquella mujer soldado que en una playa del Libano regala a una niña las caracolas que recogió y la despide con una caricia.


Ellos y muchos, muchísimos más, son la buena gente, la que cada día apuesta por el lado bueno de la vida. Saben perfectamente que lo que hacen no les va a producir ingresos, ni va a mejorar su historial. Ninguna televisión comentará sus actos; jamás serán noticia. Dan porque dando se resuelven en belleza, se curten en dignidad, se elevan en ética.

Ellos, con sus mínimos actos, dignifican el brillo y la vibración de pertenecer a la raza humana. Hacen profundo y fácil cualquier contacto, y por eso la crisis les afecta menos. Son de los que aún creen en el pegamento más solvente, cálido y potente que existe: el pegamento humano."

2 comentarios:

Maita dijo...

A ese tipo de personas, ni falta que les hace.El ruido, la notoriedad que se persigue a toda costa, el aquí estoy yo,es patrimonio de los mediocres,en todos los campos.

Alicia dijo...

Raza que está senciada a la extinción.
Esas personas, educadas, amables, desinteresadas, las que te dan la mano de verdad, aquella que cuando te habla te mira directamente a los ojos, aquellas que te saludan sin conocerte porque el saludo nunca se niega a nadie.
Eso simplemente son personas, el resto es gente impersonal sin cara, que se ocultan de ellos mismos, egoistas, egocentricos.
Pero ellos son los primeros que necesitan de el cariño de los demás, pero son incapaces de mostrarlos ellos.
Personillas que nadie recordarán,
Pero al tendero, a la enfermera, al vecino..... siempre habra un pensamiento de todos hacia ellas.
Os habeis fijado que en los entierros, cada vez hay menos personas como vecinos, amigos, simplemente conocidos que asisten a ellos.
Es muy simple, recogió lo que sembró en vida.