"La gran pitada"

Hoy ando como se suele decir “con la pluma levantada”. ¿El motivo? Pues que no puedo evitar sentirme molesta con lo acontecido ayer en el partido de fútbol de la Final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Bilbao.

Si he de ser sincera, el partido no lo vi, no me interesaba lo más mínimo verlo. Pero lo primero que supe de él hoy ha sido la gran “pitada” que se le dio al Rey por parte de ambas aficiones al llegar al campo, haciendo que de esta forma no se oyera el himno de España.

Yo no soy ni monárquica ni españolista, supongo que a través de alguno de mis comentarios ya os habréis dado cuenta. Pero si hay algo que me enseñaron ya desde muy pequeña es a ser cortés con las personas que invito o que me invitan a una celebración. Y si sintiera que no pudiera hacerlo por más que me esforzara, directamente no asisto.

Me parece un tanto inconsecuente que dos aficiones de dos autonomías de alto sentido nacionalista por un lado participen en este torneo y por otro, cuando llega el momento de jugar la final para obtener el trofeo que otorga el Rey hagan este desprecio.

Una de dos: si no desean este “personaje” pues directamente que no jueguen esta competición, aunque no pueden rehusar hacerlo al menos que deseen ser eliminados de la federación española, les queda la opción de “autoeliminarse” rápidamente en uno de los primeros partidos de clasificación. ¿No les parece?

No puedo dejar de pensar que una vez más todo ello es producto de seguir pensando que, unos equipos de fútbol que durante el tiempo de la dictadura eran la punta del iceberg y medio de expresión de unas regiones sometidas a silenciar su idioma y la cultura que les era propia, ahora, una vez establecida la democracia han decidido crear un falso continuismo y asumir un papel que no le es propio pero que juega a su favor incluso en cuanto a merchandaising. Para dirimir conflictos políticos y defender nuestros derechos como pueblo tenemos nuestros propios Parlamentos autonómicos, y para dirimir conflictos deportivos: están los campos de fútbol.


Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.

(Suerte que Buenafuente siempre "acude al rescate" haciéndonos sonreir)

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