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El 12 de mayo se realiza un acto de protesta en la Plaza de los Dos Congresos que culmina con el asesinato del estudiante Daniel Grinbak. Dos grupos de la organización nacionalista Tacuara se culparon mutuamente por el hecho. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR-Tacuara) y la Guardia Restauradora Nacionalista.


La vacilante decisión del canciller Miguel Angel Zavala Ortiz de enviar tropas argentinas a la FIP desata una crisis en el gobierno radical. Una creciente movilización, opositora a la propuesta de Zavala Ortiz, que integran el peronismo, la CGT, el desarrollismo, la democracia cristiana, el socialismo argentino, organizaciones estudiantiles y sectores importantes del propio radicalismo, obligó al gobierno a demorar el envío del proyecto al Congreso. (Ref. tira 10 mayo ’65).


Durante cuatro meses –de abril a julio- la República Dominicana se debatió en una guerra civil. La OEA, preocupada por la posibilidad de un triunfo de los sectores más radicalizados crea –en contra de la opinión de la ONU- la Fuerza Interamericana de Paz “FIP”, para combatir la “infiltración comunista” en el marco de la intervención norteamericana a Santo Domingo. (Ref. tira 8 de mayo ’65).


La CIA, a cargo del republicano, conservador y católico, John Mc Cone, temerosa de que cundieran por América latina ejemplos como los de Castro, Nasser o Ben Bella, desconfiaba más de los “nacionalismos de izquierda” que de los marxismos legales. Era el caso del Partido Comunista Dominicano, que nunca apoyó a Bosch, entre otras cosas porque participaba de la “Legión del Caribe”, que agrupaba a liberales centroamericanos, antidictatoriales y amigos de los Estados Unidos y que integraban José Figueres en Costa Rica, Rómulo Betancourt en Venezuela y Muñoz Marín en Puerto Rico.


En realidad, Washington quería sofocar el alzamiento de un grupo de militares nacionalistas que se oponían al Triunvirato de facto que dos años antes había depuesto al gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, también curiosamente acusado de “blando con el comunismo”. El Triunvirato, que se apoyaba en propietarios de ingenios azucareros, comerciantes y en la Iglesia, era herencia de treinta y dos años de dictadura del “Benefactor” Rafael Leónidas Trujillo, asesinado en 1962.


Es el caso de la invasión norteamericana a Santo Domingo en abril de 1965 que despierta una polémica dentro del partido gobernante al tiempo que algunos sectores aprovechan para responsabilizar al radicalismo de debilidad frente a la “infiltración comunista!. (Ref. tira 15 de mayo ’65).
El 29 de abril, quinientos “marines” habían desembarcado en la República Dominicana pretextando la “incapacidad” de su gobierno para defender los intereses de los compatriotas norteamericanos residentes en la isla.


Otro tipo de pullas asociaba las arrugas presidenciales a un estilo de gobierno “a favor de la calma y la unidad” pero que no lograba resolver candentes temas sociales como el deterioro salarial o la subida de precios. (Ref. tiras 12 y 13 de junio ’65 y 8 de octubre ’65).
Durante este período –marzo de 1965-diciembre de 1967- la vida del país se vincula estrechamente a los acontecimientos que ocurren en América latina.


La imagen del gobierno se deterioraba a diario sin que nadie tratara de defenderlo. La lentitud que se atribuía a los radicales quedó simbolizada en una tortuga. También las arrugas del Presidente se habían convertido en motivo de bromas. Las mejor intencionadas rescataban aquello de venerable que imprime el paso del tiempo, y sus adeptos se complacían en expandir esa figura calma y bondadosa –“popular”, decían- del Primer Mandatario.


Desde marzo de 1965 hasta junio de 1966 la Argentina soportó una embestida contra sus instituciones democráticas que desembocará en el golpe militar del 28 de junio. El triunfo del peronismo, con el nombre de “Unidad Popular”, en las elecciones legislativas del 14 de marzo, y una campaña orquestada contra la gestión del gobierno, tenida por algunos como exageradamente estatista y por otros como demasiado dócil ante las exigencias del FMI, habían enrarecido el clima social y militar.

La polémica sobre si la televisión era perniciosa o no para los niños estaba en pleno auge. Quino que, como muchos, se resistía a tener televisor, no pudo eludir el tema.
Al cabo de dos semanas de publicar en “El Mundo” advierte que necesita más personajes para enriquecer la tira, y el 29 de marzo de 1965 aparece Manolito –Manuel Goreiro- inspirado en el padre de Julián Delgado, propietario en Buenos Aires de una panadería situada en Cochabamba y Defensa, en el histórico barrio de San Telmo.
El 6 de junio debuta Susanita –Susana Beatriz Chirusi- que no responde a un modelo de persona conocida por su creador. El hermanito de Mafalda –un simpático y desfachatado sobrino de Quino que tiene ya 24 años y estudia flauta en Basilea- no llegó a aparecer porque el repentino cierre de “El Mundo” dejó a la mamá embarazada de Guille.


Entre los diarios que en ese momento se editaban en la Capital, “El Mundo” era uno de los más populares e independientes. Brascó, que conocía personalmente a su director, Carlos Infante, le recomendó Mafalda.
Empezó a publicarse el 15 de marzo de 1965 y continuó hasta el 22 de diciembre de 1967, fecha en que “El Mundo” cerró definitivamente.
“Ese fue el verdadero lanzamiento de Quino”, sostiene Miguel Brascó, que intervino para que la historieta siguiera adelante y que por entonces viaja a Santa Fe y recomienda la tira a su amigo Luis Vittori, subdirector de “El Litoral”. Más tarde el diario “Córdoba”, de Córdoba, también a instancias del mismo “promotor” comienza a publicar Mafalda, que se extiende por los diarios del interior del país.
Quino pasa de “Primera Plana”, que era un semanario, a publicar tiras cotidianas en un diario, y esto le permite tocar temas de último momento. Los problemas, tanto domésticos como políticos, pasan a reflejarse entonces en los juegos y en las relaciones familiares.


En marzo de 1964 un golpe militar había depuesto al presidente brasileño Joao Goulart. En octubre de ese mismo año, el gobierno del mariscal Humberto Castelo Branco -muerto en 1967 en un accidente de aviación- reconocía que los militares que llegaron al gobierno para asegurar “la reconstrucción económica, financiera, política y moral del país” no habían podido frenar el “costo de la vida”. El 28 de octubre de 1965, Castelo Branco impone una verdadera dictadura militar y concentra en su persona la suma del poder público.


El recelo con que el mundo miraba a aquellos setecientos millones de chinos que pretendían, además de comer, castigar al hombre blanco por haberlos humillado durante tantos años, no fue obstáculo para el semanario francés “L’Express” consagra a Mao como el hombre del año. China y Francia tenían algo en común; ambas se habían negado a firmar, en 1963, el Tratado Nuclear de Moscú que aspiraba a la no proliferación de armas nucleares, acordado por la Unión Soviética, Inglaterra y Estados Unidos.
En América latina, en tanto, las aguas se agitaban.


El 17 de octubre China hace estallar su primera bomba atómica convirtiéndose en la quinta potencia nuclear del mundo. U-Thant calificó el experimento de “lamentable”, aunque la agencia “Nueva China” se apresuró a calmar los ánimos argumentando que el artefacto no tenía otro objetivo que acabar con el monopolio nuclear. (Ref. tiras 27 octubre ’64 y 3 noviembre ’64).

Hoy dejo doble entrada ya que por motivos de salud ayer no pude, esquiusmi.


Octubre de 1964 resultará un mes intenso en el plano internacional. Se acentúan las diferencias ideológicas que distanciarán –durante largos años- a China de la Unión Soviética. Renuncia el secretario general del partido Comunista Soviético, Nikita Krusehev, no sin antes definir a Mao como un “segundo Hitler”.


Lumumba, obligado a huir, es reemplazado por el coronel Joseph Desiré Mobutu. Apresado Lumumba es entregado a Chombe y en enero de 1961 se informa que había muerto al “intentar escapar”. Chombe libra una cruenta guerra civil –apoyado por los belgas- contra Kasavubu-Mobutu, más afines a Washington. La Unión Minera Belga cedió posiciones y fue creada la sociedad Congoleña de Minerales, donde los Estados Unidos salieron fortalecidos. (Ref. 23 febrero ’65).


En 1961 el Congo había conquistado su Independencia de manera truculenta, después de un siglo de dominación belga que impuso a la población de algo más de 14 millones de habitantes un régimen de terror.
Moise Capenda Chombe, terrateniente de Katanga, la provincia más rica del Congo Belga, aspira a convertirla en un Estado independiente. Se le opuso Patrice Lumumba, primer ministro del presidente Joseph kasavubu, que pretendía construir un auténtico Estado nacional congoleño.


Por la misma época, el mundo entrenaba los cambios más profundos que las sociedades hayan registrado después de la Segunda Guerra Mundial la posibilidad de un holocausto nuclear y el ímpetu revolucionario de la China De Mao, que a diferencia del comunismo soviético no se contentaba con cambiar la vida sino que pretendía cambiar al hombre, eran percibidos como una amenaza para el planeta. (Ref. tira 3 de noviembre ’64).



Una vez más la sociedad se ve sacudida. Una carta del general Enrique Rauch denuncia un complot alentado por Frondizi, Frigerio y Framini para desplazar al comandante en Jefe del Ejército; general Juan Carlos Ogandía, y reemplazarlo por el general Carlos Jorge Rosas. Ongandía sale fortalecido de la crisis


A partir de entonces, desde Madrid se ordena no dar tregua al sistema vigente en el país.
Pese a que entre agosto de 1964 y marzo de 1965 el aumento del costo de vida había sido de tan sólo un 15 por ciento José Alonso, secretario general de la C.G.T., asegura que “esto no da para más” y pronostica que “el país comienza ahora a salir de la crisis pare entrar en el caos”. (Ref. tira 9 de febrero ’65).